Certificado del juego Cortazar: "Continuidad de los parques"

 



RESPUESTAS:

Hace unos días comenzó a leer una novela. Por asuntos más importantes, tuvo que dejarla, y la retomó cunado regresaba en tren a la finca. Le interesaba la trama, y los personajes

Retomo la lectura luego de escribirle a su apoderado y dialogar con el mayordomo sobre aparcerías. Acariciando el terciopelo verde de su sillón favorito, estirado y tranquilo, en su estudio que daba a vista a un bosque de robles, leyó los últimos capítulos.

No tardó en recordar los nombres o el aspecto que había imaginado de los personajes. Disfrutaba de desgajarse de lo que lo rodeaba y hundirse en el respaldo del sillón. Se dejaba absorber por cada palabra, por la imaginación de las escenas de la novela, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte.

Primero entró desconfiada la mujer, luego, lastimado por una rama, su amante. Ella restaña la sangre de la herida con sus besos, pero él no aceptaba las caricias, no quería distraerse con un lugar lleno de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada.

Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso se interrumpía para que una mano acariciara una mejilla

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa.

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